RUMBO A LA CAPITAL. Las ciudades balneario.

LA IDA

16 de julio, viernes.

Partimos alrededor de las 13,15 para pernoctar en Gerona y lo único destacable fue un atasco en Barcelona.
Km: 736

17 de Julio, sábado

Salimos a las 9,15. La A7 hacia el sur presenta retenciones en distintos tramos. En nuestra dirección la densidad es muy elevada, pero solo sufrimos un atasco cerca de Orange. Cerca de Lyon por una autovía de pago con poco tráfico fuimos testigos directos de un terrible accidente en el que un turismo sin motivo aparente, perdió el control y comenzo a dar vueltas de campana desprendiendo trozos que saltaban por los aires para quedar tras unos segundos que nos parecieron eternos, sobre sus ruedas en el arcén. Tras comprobar que allí no habíamos nada, sobrecogidos y en estado de semishock continuamos continuamos nuestro viaje. Nos salimos de la autopista para pernoctar en Besançon, en el aparcamiento Chamars, indicado con señales amarillas. Está situado en un lugar céntrico, grande y muy arbolado. A la entrada, una señal que prohibía el “nomadismo” pero al preguntar a unos franceses que estaban en una autocaravana nos responden que “nómada” es gitano, que la señal no es para nosotros, así es que nos instalamos a unos pocos metros de ellos. Estiramos las piernas dando un breve paseo por la ciudad. Son las 8 de un sábado y todo está ya cerrado. La temperatura es agradable pero estamos cansados y nos acostamos pronto.
Km: 763

EN CHEQUIA

18 de julio domingo.
Las ciudades balneario: Marianske Lazne

Itinerario: Besançon (Francia)-Mulhouse-Friburgo-Nurember (Alemania)-Marianske Lazne (República Checa)
Pernocta: Camping Stanowilz. Marianske Lazne. 390 kc. 13 €

Partimos a las 9 en dirección Strasburgo. Entramos en las autopistas alemanas en cuanto podemos, ya que son gratuitas. Pero de la soledad de las carreteras francesas pasamos a una gran densidad de tráfico en las alemanas y corren como demonios con velocidades medias de 160 km/h. Sólo limitan la velocidad a 120 en algunos tramos. Las areas de descanso son buenas, aunque no alcanzan a las francesas y no todas disponen de Wc. Sin duda, las áreas francesas son las mejores de Europa. Después de Nuremberg disminuye el tráfico y pasamos a ir prácticamente solos. El paisaje es bonito: suaves lomas verdes o cultivadas de trigo se alternan con manchas de bosques de abetos, pinos o hayas. Bonitos pueblos con casonas de rojos tejados puntiagudos que no desentonan nada con el paisaje. Llegamos a la frontera con la República Checa, nos ponemos en fila, entregamos la documentación y entramos sin dificultad. Tras circular unos pocos km por autopista, la dejamos para dirigimos a Marianske Lazne. Aunque nos equivocamos de salida no llegamos mal. La primera impresión del país es de orden y limpieza. Predomina el color verde y los charcos, charcas, lagunillas, lagunas y lagos se suceden por todos los sitios entre cerros y suaves lomas hasta llegar a la ciudad. Una calle nos dirige prácticamente hasta el final en la que hoteles y edificios del siglo XIX se agrupan alrededor de un bonito parque central. Tras varias vueltas conseguimos aparcar a pocos metros de esta zona. En una de ellas encontramos un pequeño aparcamiento entre dos edificios al lado de esta carretera central. Alternando gestos con inglés, preguntamos a un chico si había problemas para dormir, respondió que no pero acto seguido cogió un trapo del suelo y pretendió que nos limpiaba el parabrisas para pedirnos después dinero. No teniamos moneda checa así es que le ofrecimos 0,50 euros pero pedía 1. Como comienzo nos causó mala impresión.

Limpia, ordenada, elegante, las fachadas de los viejos hoteles se asoman a un parque donde el agua es el elemento central. Subimos hacia una galería del XIX , la columnata Maksim Gork’ij, una bonita estructura de hierro y vidrio, la mejor de Bohemia. La gente descansaba y paseaba disfrutando de un soleado y luminoso día. Tomamos agua de las fuentes. Es muy curioso el sabor del agua la primera vez que se bebe de una fuente termal: la primera sabía como a gas y la segunda tenía un sabor más fuerte y deja un cierto olor a metal en las manos. Atravesamos el parque para llegar a la camper. No tuvimos clara la pernocta así es que decidimos buscar un camping. Siguiendo las indicaciones llegamos a lo que había sido un huerto con el terreno algo inclinado. Pero el sitio era bonito y tranquilo. La recepción en inglés y muy amables, nos entendemos sin dificultad, incluso mantuvimos una breve conversación. Tan sólo disponía de 3 WC y 1 ducha sin moneda. No había fregaderos ni más servicios a excepción de una cafetería. 13 € los 4. Nos dimos una buena ducha aunque con limitaciones: o te escaldabas o te quedabas tieso de frío, o se estrangulaba la manguera y no salía agua además de un extractor que hacía un ruido infernal. Prácticamente después de cenar se levantó viento, el cielo se cerró y comenzó un tormenta, más eléctrica que de agua, aunque cayeron algunas gotas.

19 de julio, lunes.
Karlovy Vary. Hacia Praga.

Itinerario: Marianske Lazne-Karlovy Vary-Praga
Pernocta: Camping Ladistav Fremun Ubytovani. Trojska. Praga. 17 €/día
Amanece un día gris y lluvioso. Salimos a las 10 para Karlovy Vary. La carretera de Marianske Lazne hasta esta ciudad es una preciosidad. Atraviesa zonas boscosas cubiertas de abetos de distintos tipos, avellanos, hayas...Estas densas manchas boscosas recorridas por ríos cristalinos, se alteran con suaves lomas ondulantes de un intenso color verde o dorado si están cultivadas de cereal. Hicimos una pequeña parada en Becov N. Tepice donde se encuentra un monasterio cerrado por ser lunes. Aprovechamos la parada para comprar pan. Lo primero era hacernos entender, lo cual tuvo su dificultad y su gracia ya que no éramos capaces de encontrar una tienda de pan. Así es que entramos en una cualquiera y preguntamos en varios idiomas por pan. Al no entendernos utilicé una “chuleta” que llevaba de vocabulario elemental en checo y leí “pan”, pero mi pronunciación debió de confundirles más, así es que opté por darle la “chuleta” y señalarle la palabra “pan”. Entendió enseguida, sonrió y la pronunció y desde luego poco se parecía a los sonidos que yo emití guiándonos en checo hasta la tienda. Puse cara de “haba” y con mímica le pedí un boligrafo y papel para que lo pintara, no me entendía así es que me puse a gesticular con las manos hasta que conseguí que me comprendiera e imitara....¡carai! ¡que poco ingeniosa era!. Esperando que sólo fuera esta persona, caminamos hasta encontrar el supermercado. Tras una pequeña compra, retomamos nuestro rumbo.

Karlovy Vary es una gran ciudad que se encuentra a los pies de unas montañas y se extiende por las vertientes del valle que forma el río Teplá. Al hacer nuestra entrada desde estas montañas, bordeando laderas, la vista que se abre a nuestros pies es preciosa. Lástima no poder parar para hacer alguna fotografía. Encontramos el aparcamiento de casualidad, cerca del centro que es totalmente peatonal. El río es el eje central de la ciudad y a sus márgenes se suceden las fachadas de los hoteles de todos los tamaños y colores suaves dando un aspecto elegante a la ciudad. Hay fuentes por todos los sitios, de libre acceso unas 15 y vamos bebiendo de algunas ya que el sabor es similar y la temperatura varía de unas otras. La gente pasea con unas jarritas de cerámica cuya boquilla ayuda a beber lo necesario, pero a nuestro gusto son feas y caras, así es que utilizamos nuestro vaso de plástico. Paseamos por la columnata del molino del siglo XIX y a lo largo del río disfrutando de esta bonita ciudad y de sus fuentes, hasta llegar a la fuente central. En esta zona desaguan tuberías de fuentes termales. El río desprende humo del calor y el color del fondo y de los laterales denotan su contenido en minerales. Nos detenemos también a contemplar la flora que es capaz de sobrevivir en estas especiales condiciones. Después entramos en un moderno edificio del estado socialista que contrasta con el resto del siglo XIX, donde se encuentra el surtidor central, en la Vridelni Kolonáda: ésta es la fuente más antigua y caliente de la ciudad, donde el agua brota a 73ºC empujada hasta unos 12 m de altura. Desde allí iniciamos el regreso, también por la rivera del río y ponemos rumbo directo a Praga.


La carretera que une ambas ciudades es de sentido único y muy transitada. A unos 20 km de Praga aparece el doble carril y nada más comenzar a circular una patrulla de la policía nos ordena parar. Le entregamos nuestra documentación, comentan algo entre ellos y nos dicen que eso no es, señalando el parabrisas de la camper. Deducimos que deben referirse a una pegatina que es obligatoria para circular por las autopistas checas y que no llevamos por que no sabíamos que había autopista. Algo desconcertados, consultamos nuestro mapa de carreteras, michelín de este año, y comprobamos, fijándonos muy bien, que aparece un pequeño trozo pintado solo de color rojo pero con 4 carriles a diferencia de las autopistas o autovías pintadas de rojo y amarillo. Le hacemos saber a los agentes que en nuestro mapa no figura eso como autopista y que si podemos comprar la pegatina en la primera gasolinera. Apenas nos entendemos en inglés “indio” y con gestos. Ellos no realizan el menor esfuerzo y sencillamente se limitan a entregarnos un tríptico diminuto donde señalan el importe máximo de la infracción que asciende nada más y nada menos que a unas 90.000 pts. Insistimos en que no ha habido intención, y les enseñamos nuestro mapa, pero impasibles, hablan de “cheq”. Les decimos que no tenemos cheques, solo “credit card” a lo que ellos responden impertérritos “problem” y “comisari”. Estamos perplejos y nuestro desconcierto inicial se transforma en temor: no hace ni 24 horas que estamos en un país del que tenemos poca información, tampoco conseguíamos comunicarnos con los agentes pese a nuestros esfuerzos, ellos mostraban una actitud fría y rígida y nos exigían una cantidad desorbitada de la que no disponíamos y nos amenazaban con ir a la comisaria. Lo que comenzó siendo una multa de 15.000 coronas (90.000 pts), comenzó a descender, para quedarse en 1000 coronas, 500 por cada uno (6.000 pts), si la abonábamos allí mismo, o 15.000 si íbamos a la comisaria. Desorientados, perplejos, aturdidos, asustados y con enorme sentimiento de desamparo sólo queríamos acabar con esta situación, olvidando si nos asistía algún derecho o no por si esto pudiera tener consecuencias aún más negativas para nosotros. Decidimos así abornarles lo que nos pedían, nos dieron una especie de resguardo, se guardaron las 1000 coronas y pasaron a ignorarnos por completo. Nos fuimos de allí con una sensación indescriptible mezcla de perplejidad, desprotección, desamparo, indignación... y un mal “sabor de boca” que no nos abandonó en todo el viaje, y paramos en la primera gasolinera a comprar una pegatina que tan solo cuesta 5 euros para 10 días, y que tan solo íbamos a utilizar 6 km ya que pensábamos estar 3 días en Praga y luego ya comprarla para los 10 días restantes.


Es importante aquí hacer un “paréntesis” en el relato para añadir que en la oficina de turismo de Praga utilizaron la palabra “corrupción” y alguien de la embajada de Chequia en España, dijo que “era para ellos”. De vuelta en España comuniqué el incidente a la Embajada de España en Praga, a la Oficina de Chequia en España y a su embajada. De la primera me contestaron cortesmente diciéndome que habían realizado la consulta a Tráfico de la República Checa quienes les confirmaron que ese trozo es considerado autopista/autovía pero curiosamente el importe inicial que pretendían cobrar correspondía a la multa por NEGARSE a pagar, cosa que no ocurrió. Igualmente nos dijeron que habían tramitado más de una queja por el trato que la policía checa había dado a algunos turistas españoles.

Tras este lamentable incidente, paramos a comer en el aparcamiento de un Lidl para seguir hasta la capital. Y no era nuestro día, porque nos perdimos y, lo que era peor, estábamos desorientados sin ser capaces de saber hacía donde dirigirnos para encontrar un camping. Paramos cerca de un concesionario mercedes, preguntamos si alguien hablaba inglés...pero fuimos “invisibles”. Un guardia nos hizo alguna indicación, pero por suerte vimos policía a un lado de una gran vía y, no sin cierto temor por lo ocurrido horas antes, nos acercamos a preguntarles. Un agente que al parecer terminaba pronto su servicio, nos abrió paso, nos dirigió y después de hacer algunas indicaciones, se fue. Gracias a esto encontramos el camping. Era una zona de chalets, una calle donde un camping sucedía a otro. Luego nos dimos cuenta que la dirección que debíamos haber tomado era la de “Zoo”, ya que no estaba lejos. El primer camping que aparece señalado es el que nos figura como el más caro: 28 €, así es que intentamos otro que está completo y otro más donde también parece estar completo, pero cuyo dueño nos acomoda provisionalmente hasta el día siguiente en que se moverían algunas autos, cosa que agradecemos por que de pensar que tengo que atravesar Praga para buscar otro me pongo mala. Pero después de nosotros entró una autocaravana enorme y algún que otro turismo mas: el caso del camping “chicle”. El camping es muy curioso: es un chalet con jardín y este jardín ha sido habilitado como camping. En la parte delantera está la recepción, en la que también se puede comprar alguna que otra cosilla, 3 WC, 1 sola ducha y 2 pilas para fregar y lavar. En la parte posterior, a la derecha del camino, hay “bungalows” y lo pongo entre comillas porque son unas casitas de muñecas de madera donde solo cabe la cama y una mesilla. A la izquierda del camino, entre árboles frutales, están las autocaravanas y un par de pilas en el centro. Al fondo una especie de porche para sentarse y comer si llueve. A la derecha e izquierda de este camping, se ven más autos de los otros dos que hay a ambos lados. El sitio es limpio, agradable y muy tranquilo y los dueños encantadores, pese a que no hablan una palabra de inglés. Son ya las 6 de la tarde, por lo que decidimos acoplarnos, descansar y “atacar” Praga mañana. Los holandeses, de los que tan solo nos separan 2 metros, sacan un televisor que ponen encima de la mesa. No oímos absolutamente nada ¿por qué en España oímos al vecino de al lado cuando, incluso, nos separa un tabique?.
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