...Y NOS DEJAMOS SORPRENDER. Hluboka, Trebon,Telc, Kutna Hora, Zdar, Litomysl

25 de julio, domingo
La suave luz y color del sur

Km: 118
Recorrido: Hluboka-Trebon (Castillo, iglesia de San Egidio)- Jindrichuv Hradec (plaza, iglesia de la Asunción, Iglesia de S. Juan Bautista)-Telc (Castillo, Plaza)
Pernocta: Camping Velkoparezity. Rasná. 244 kc. 8 €.

Antes de las 8 estábamos levantados para poner rumbo al “zamek” o castillo de Trebon. A las 10 entramos solos así es que nos dan el papel en inglés y sencillamente nos acompañan y responden a nuestras preguntas. Para proteger los suelos de madera nos ponemos una especie de pantunflas en las que metemos los pies. Vamos “deslizándonos” por las distintas estancias de este castillo, suntuosas recreaciones de la vida del siglo XVI, que si son bonitas, no resultan tan espectaculares como las del castillo de Hluboka. Descubrimos que una especie de grandes estructuras redondas revestidas de cerámica colocadas en las esquinas de las estancias son en realidad estufas. Este castillo estuvo ocupado por los nazis durante la 2ª guerra mundial. Algunas curiosidades nos llaman especialmente la atención como algo muy parecido a un reclinatorio para jugar a las cartas, una especie de sostenedor de cartas o una mampara para sombras chinescas. Y por supuesto, una serie de fotos de muertos, costumbre arraigada durante una parte del siglo XIX. Los jardines son también de estilo inglés y ofrecen un bonito y relajante paseo así como su plaza mayor, con arcos renacentistas y casas barrocas. La iglesia de San Egidio (Sv. Jilji) merece una visita, no solo por la preciosa talla de la Virgen de Trebon y unos impresionantes bancos barrocos que todavía conserva, sino también por su bonito claustro del XIV con frescos en las paredes algo deteriorados y nervaduras policromadas. Atravesamos sus murallas y dejamos a nuestra izquierda una fábrica de cerveza del XVIII que aún continua produciendo, hasta llegar al estanque Svet, artificial, uno de los 6.000 hechos para drenar la tierra y criar carpas, donde unas enormes hacían “hervir” el agua comiendo el pan que les echaban. De aquí pusimos rumbo a Jindrichuv Hradec. 

La carretera circula de nuevo entre bosques de abetos y hayas. De la ciudad destaca su gran plaza con una columna de la Trinidad del XVIII y una bonita casa renacentista esgrafiada de negro. Pasamos por debajo del pòrtico del Ayuntamiento para llegar a la iglesia de la Asunción donde una placa señala el meridiano 15º al este de Greenwich, es decir, el eje de la Europa Central. La Iglesia de San Juan Bautista (Sv Jan Krititel) conserva algunos frescos en las paredes y techos aunque muy deteriorados. 

Desde aquí a Telc a donde llegamos a las 2. Su castillo, cerraba a las 4 y el lunes no abría, por lo que decidimos ir directamente, sin comer, entrando a las 2,10. Lo que más llama la atención de su interior son los techos, renacentistas y todos distintos en maderas pintadas. Igual de impresionante que los palacios italianos en los que se inspiraron sus autores. Curiosas unas fotos de principios del XIX de cacerías en Africa. La decoración interior imita también el estilo inglés. Su visita resulta interesante y agradable. El guía, también en checo pero, oh! Nos dan un papel en español!!!. 

Y salimos a la plaza. Es absolutamente impresionante, de una belleza particular, de dimensiones generosas, colores suaves, edificios armoniosos de pintorescos frontones perfectamente alineados y de altura homogenea...el resultado es un escenario que parece sacado de un decorado de película. Pese a la hora que ya es y sin haber comido, me resisto a dejar este lugar. Ejerce sobre mi una atracción especial. En una de sus tiendas compro algunos collares y pulseras de cristal que provocan las bromas de mis hijos comentando que soy como los indios que me entusiasmo con unas “cuentas de colores de cristal”. 
En la oficina de turismo preguntamos si Zdar n. S. Previsto para mañana lunes, estará abierto. Casi 30 minutos después nos dicen que no, por lo que tenemos que variar el itinerario previsto. Comemos a las 4 y regresamos a comprar más pulseras y collares. Son baratos y bonitos. Ya a las 6 buscamos camping que encontramos en Rasná siguiendo indicaciones en la carretera. A pocos metros nos sorprende un enorme campo de opio. El camping es el peor de todos hasta ahora. Un poco “cutre”. El lugar es una preciosidad, al lado de un enorme bosque de abetos y a esa hora ya están arrastrando leña para las fogatas nocturnas. En una parte de este bosque hay bungalos grandes y en las zonas desarboladas están las tiendas, caravanas y autocaravanas. Parece más un lugar destinado a bungalows y que secundariamente acoge a campistas. También dispone de lo elemental: 2 duchas con ficha de 10 coronas, 1 water y lavabos. Aquí por lo menos te puedes vestir en la ducha, sin salir a la zona común. Pero el aspecto es descuidado. Cenamos en el exterior pero el frío nos obliga a meternos en la camper.

26 de julio, lunes
Y cambiamos de rumbo, hacia el norte: Kutna hora y Hradec Kralove

Km: 262
Itinerario: Rasna-Kutna Hora (Corte Italiana, Casa de piedra, catedral y cementerio en Sedlec –Kotsnice-)- Hradec Kralove (2 plazas e iglesia de madera)
Pernocta: camping Dana Kuldova. Velké Darko.185 kc. 6 euros.


Rumbo a Kutna Hora a donde llegamos alrededor de las 12. Aparcamos cerca del centro pero la ciudad nos decepciona. Callejeamos un poco pero nada realmente destacable: casas bonitas, un edificio denominado “la corte italiana” que estaba en restauración y que no visitamos su interior, y la “casa de piedra”, pero el conjunto no merece la pena. Desde la corte italiana se recorta a lo lejos la imponente silueta de la catedral con unos curiosos tejados en forma de tienda. Cerrada por ser lunes –curioso que esto ocurra con monumentos religiosos-, al igual que el aparcamiento cercano, pero queremos ver al menos su exterior y al no encontrar dónde aparcar establecemos dos turnos. Esta gente no gasta bromas en este sentido y podíamos encontrarnos con cepos o algo similar. Exteriormente es impresionante y según leemos, su interior también lo es.


Desde aquí buscamos un curioso lugar en Sedlec situado a unos 3 km del casco siguiendo la calle Masarykova y aparcando frente a la iglesia de la Asunción. Desde esta calle sale otra que lleva a un cementerio donde se encuentra un subterráneo o especie de cripta con un más que curioso osario (Kostnice): toda la decoración interior está hecha con huesos humanos combinando tibias con fémures, cráneos.... :4 pirámides de casi 2 m de altura hechas con fémures y cráneos. Columnas, copas, lámparas, escudos...el resultado es...dificil de definir. Quizás los calificativos que más se acerquen sean espectacular, original, curioso... A los niños les encantó, a mi me sorprendió la originalidad.


No me hubiera podido imaginar ni en 100 años que a alguien se le pudiera ocurrir una cosa similar. No se puede hablar de belleza o fealdad y lo que es seguro es que nadie se queda indiferente despertando en cada uno emociones distintas. Ha sido una de las visitas más curiosas que haya podido realizar. Venir a esta ciudad merece la pena aunque nada más que sea por ver este extraño lugar.


Comemos en el aparcamiento y nos dirigimos a Hradec Kralove aparcando junto al estadio de futbol. A través de unas largas escaleras en túnel accedemos al centro de la ciudad, a una de sus dos plazas. En la mayor, la Velke, se elevan las siluetas de 5 torres, 2 de ellas de la catedral. Las fachadas barrocas de las casas se asoman a esta plaza dotándola, al igual que a todas, de un aspecto elegante. Paseamos hasta la otra plaza cercana y regresamos a la camper no sin antes visitar la iglesia de madera de San Nicolás trasladada desde Eslovaquia al parque cercano al estadio donde habíamos aparcado. Construida toda de madera oscura, casi negra, con peculiares formas armonizando con el entorno verde y arbolado del parque, resulta de una belleza cautivadora.


Eran casi las 6 y continuamos sin ver autocaravanas ni caravanas. No sólo no hay costumbre en este país de pernocta, sino que no se ven autos circulando, así es que decidimos buscar de nuevo un camping y no detenernos en Pardubice siguiendo el consejo de unas españolas con las que intercambiamos impresiones en Kutna Hora. El camping no estaba señalizado y tan sólo una señal en la carretera que indica el lugar que coincide con el nombre del camping, Velké Darko a unos 10 km de Zdar n. Saz por la N-37, un lago a la derecha y pequeñas columnas de humo elevándose, posiblemente de fogatas, nos hacen intuir el lugar de acampada. Por una estrecha carretera sumergida en un bosque de abetos, se abre al final una verde explanada con un bonito lago. Tiendas y caravanas. No hay luz y más bien parece una acampada libre. Realmente es un merendero que ha añadido unos lavabos y baños. En una esquina éstos últimos han añadido una alcachofa, un sumidero y una cortina consiguiendo un “espacio de usos múltiples” algo cutre. Unos servicios prefabricados que cierran por la noche y un par de pilas, junto con este bar constituyen todos los “servicios” de este camping. Pese al aspecto descuidado y deteriorado, está limpio y la ducha resulta muy agradable. 185 coronas, no llega a 7 euros. Acampamos a la orilla del lago. Algún checo curioso decide pasear varias veces por delante de nuestra camper para curiosear discretamente. La noche cae y la temperatura desciende a 16ºC . En el centro de un grupo pequeño de caravanas hay una buena fogata y se reúnen en torno a ella cantando suaves canciones acompañadas de una guitarra. Encantador, pero como contrapunto un grupo de jóvenes ruidoso “ameniza” el lugar con música algo alta, risas y algún que otro grito. Nadie dice nada. Nosotros menos. Comienza a lloviznar, me pongo mis tapones en los oídos y hasta el día siguiente.

27 de julio, martes
La fascinación de la arquitectura: Zdar N. Sazavou y el castillo de Litomysl.

Km: 157
Itinerario: Zdar N.Sazavou (Cementerio, Monasterio)- Litomyls (palacio y plaza)-
Pernocta: Camping Mor Camp S.R.O. Mohelnice. 7 €

Compruebo que los jóvenes checos son iguales que los jóvenes españoles, aunque, quizás por cuestiones culturales, un poco menos escandalosos. Amanece un día gris y pesado con tan sólo 12ºC. Pero pese a esta temperatura hay dos personas bañándose en el lago.


Dirección Zdar n. Sazavou a tan solo 7 km de donde estamos. Vamos directos al cementerio de San Juan Nepomuceno, en el Monte Verde, obra de un famoso arquitecto checo, Santini, que equivaldría a nuestro Gaudí. Conseguimos aparcar de casualidad, por lo que es mejor ir andando desde abajo.


Es una construcción realmente curiosa: en el centro se alza una iglesia que combina formas curvas con rectas originando un efecto extraño y fascinante. Alrededor y en círculo se disponen las tumbas y se cierra con una tapia, que también combina formas y líneas curvas y rectas. Entramos al interior de la iglesia en el que también juegan con esas combinaciones y con el simbolismo de la estrella de cinco puntas: cinco escalones de acceso, cinco puertas y cinco altares. Es una auténtica joya del barroco. Pero nos atrapan dentro con una charla en checo. A los 20 minutos no podemos más y hacemos intención de salir, lo que nos permiten. Respiramos. El tratamiento de superficies, formas y líneas curvas y rectas da como resultado un conjunto excepcional.

Bajamos al monasterio cisterciense del que sólo visitamos la iglesia de la asunción, también en checo durante media hora. El conjunto es complejo con edificios variados y otra vez, aunque resalta menos, destaca el tratamiento de las superficies curvas. Si los franceses son unos maestros en gótico, esta gente lo es en el barroco. No resulta nada recargado y el resultado es siempre elegante. Pero realmente, lo que merece la pena de este lugar es el cementerio que no hay que perderse.


Continuamos hacia Litomyls por la 353 hasta Polickc atravesando el Chko Zdarske Vrchy, zona preciosa pese al día gris. Una sucesión de desnudas y suaves lomas verdes, deja paso al color dorado de los campos de cereal para adentrarnos en bosques densamente arbolados donde apenas llega la luz al suelo y del que emergen enormes abetos para de nuevo sucederse suaves elevaciones teñidas de verde y dorado bañadas de la luz escasa que deja pasar un cielo gris. El paisaje, sin ser espectacular, es hermoso. Nos perdemos, nos abastecemos en un supermercado de fruta, bollos (la bollería o pastelería no es buena) y ensaladas de varios tipos, (y éstas sí que son buenas), y comemos para llegar sobre las 4 menos cuarto a Litomyl.


Atravesamos su alargada plaza porticada a lo largo de la que se alinean bonitas casas renacentistas como en todo el pais. Intuitivamente llegamos al palacio que esta en la misma ciudad. Corro a comprar los tickets mientras aparca Angel. A las 4,15 es la última visita. Esto es suerte!. Elegimos la ruta A. El palacio exteriormente está completamente lleno de “grafitis” y el patio interior igual representando distintas escenas. Como anécdota señalar que su dueño original se casó con una española. La visita interior merece la pena aunque nada mas sea por disfrutar de su teatro, de extraordinario valor construido a finales del XVIII. Es uno de los complejos teatrales más antiguos y mejor conservados en Europa, hecho completamente de madera. Es curioso comparar los castillos o palacios de distintos países: los franceses con sus elegantes salones de baile y los checos con sus teatros a los que no les falta ningún detalle. Se suceden las salas, todas ellas pintadas y decoradas en paredes y techos. Realmente bonito e interesante ya que se sale de lo visto hasta ahora. Curiosos dos retratos de los Reyes Católicos. De nuevo vemos las estufas en las esquinas. La lluvia que nos ha acompañado durante toda la visita, parece haber cesado y salimos al exterior dando la vuelta al palacio que es realmente llamativo ya que no queda ni un centímetro que no esté serigrafiado. Fuimos a dar un paseo por la plaza sin los niños que se quedaron en la camper.

En esta ciudad figura un camping pero de “categoría” por lo que dedujimos que podría ser caro y nos dirigimos al siguiente más cercano, el del aeroclub a 20 km, que resultó inexistente. Deshicimos el camino y llegamos a Mohelnice que tiene un espléndido camping de buena categoría pero contra nuestro pronóstico, muy barato, un poco más de 7 € con duchas incluidas hasta hartarte, llano, espacios verdes, un edificio con mesas para comer, zona “festiva” con bar, música en directo y mesas al aire libre, apartado de la zona de descanso –no se oía nada desde donde estábamos- y los servicios normales como fregaderos, lavabos, etc., limpios y en un estado estupendo. Sin duda, el mejor hasta ahora. Lo único es que nos pareció poco arbolado.
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